Heliski

El hormigueo que sientes cuando te subes al helicóptero, que aumenta cuando oyes rotar sus aspas a toda velocidad para despegar, que se dispara cuando aterriza en medio de la nada, se abre la puerta y te bajas con la adrenalina a tope, miras a tu alrededor con asombro, te calzas los esquís y esperas ansioso a que todo el grupo esté listo y el guía dé la orden de seguirle. Entonces, se produce la magia: enlazas un giro tras otro hasta que terminas tu primera bajada y gritas sin poder contener la emoción… eso es el Heliski. Sonreirás y te dirás: «¡Eres un afortunado de la vida!»​​